El escenario en las calles españolas, sin excepción, no puede ser más desolador para la inteligencia humana. Todos pendientes de su teléfono móvil, sin mirar por donde andan, y en definitiva, como auténticos autómatas. Jóvenes y mayores, ejecutivos y mendigos, nadie salvan de estas nuevas escenas que nos deparan las nuevas tecnologías.
Se nota que los usuarios están enganchados, o atontados, según los analistas más racionales, y de lo que van quedando cada vez menos personas. Pero lo que no saben muchos de los comunicadores que vemos por los calles, es que es una forma que tienen los poderosos de este mundo para tener controlados a los ciudadanos.
De esta forma, no estarán pensado en lo importante de la vida, y en luchar contra las injusticias que hay en el mundo, que son muchas. No en vano, estarán entretenidos, en chorraditas, mucho wasap, algo de Internet, y mucha, mucha dependencia de este instrumento tecnológico. Y los de arriba estarán tan contentos, al comprobar este escenario todos los días, en el metro, en discotecas, y hasta desde el coche. Seguiremos informando...
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