Hay un deseo innegociable por parte de los electores europeos de renovar las ideas de los partidos políticos, que lancen nuevas propuestas, y apartar los viejos partidos del siglo veinte. De hecho es el mensaje que están llevando a las urnas, elección tras elección. Da lo mismo que sea en Francia, Polonia, Suecia, Holanda o Grecia. Están apartando a los responsables de una forma de hacer la política no compatible con los nuevos tiempos propios del siglo XXI.
Pero, ¿y en España qué pasa? Pues algo muy curioso, y digno de los análisis de sociología. Resulta que la solución a nuestros males reside en un partido artificial que pide la vuelta del legado de Adolfo Suárez. Impresionante, sino fuera por lo dramático de esta apuesta. Según los rumores que corren por los mentideros políticos, como es posible que la regeneración de la política en España esté en la figura de un político que ha sido el que ha creado estos problemas: separatismo, terrorismo, corrupción, etc. Pues eso es todo lo que representan sus herederos, Ciudadanos.
En vez de optar por vientos frescos se vuelve al pasado. Desde luego que España no tiene solución. Y todo ello ante una jugada de ajedrez de los grandes empresarios para que su chiringuito no se les vaya de las manos, a través de opciones políticas nuevas que cambien el sistema en España. Y los españoles otra vez engañados, y van... Seguiremos informando...
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