Bombardear los centros del Estado Islámico en Siria está bien, pero no es suficiente. Es parte de la estrategia para desviar la realidad del problema del terrorismo islamista. Precisamente Rusia lo acaba de denunciar hoy mismo, al afirmar que los instigadores de este terrorismo están sentados en el G-20. Blanco y en botella. Está apuntando a Arabia Saudí, al menos. Un país que está aportando toda la ayuda económica al Estado Islámico, y que por otra parte, hace negocio con los países y lideres occidentales (Sarkozy, Aznar, Blair, Bush, Durao Barroso, etc).
Pero según los rumores apuntados por algunos servicios secretos, no sería el único país inmerso en el terrorismo. Se señala al Estado de Israel, y a grandes centros de poder ubicados en Estados Unidos y Gran Bretaña. Mientras que no se vayan directamente por estas fuentes de financiación no se conseguirá nada. Se mantendrán las palabras, pero nada más. Es decir postureo del fino. Y es que la situación podría generar en una nueva guerra mundial, tal y como ha afirmado el actual Papa Francisco.
Pero mucho cuidado, porque no todo es lo que se ve. Hay muchos intereses económicos, y ocultos que tapan la verdad. De momento el único país que está luchando contra el terrorismo internacional es Rusia. No lo olvidemos, señores. Seguiremos informando...
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