No es un ningún secreto que cada vez más ciudadanos les interesa más el deporte activo, en concreto correr. Se sienten bien, disfrutan de su actividad, y consiguen una mayor calidad de vida. Es un hecho innegable que nadie puede refutar.
Pero igualmente que está siendo aprovechado por oportunistas que ven en esta actividad deportiva el objetivo para quitarse kilos, disponer de una figura más atrayente, y en definitiva, de generar un culto al cuerpo. Nada más contrapuesto con la idea del deporte popular. Es habitual, en estos días a la vuelta de las vacaciones, muchas personas se ponen a correr para limitar los efectos del verano: esas cervecitas, cubatitas, incluso la buena paella de conejo el el chiringuito de la costa valenciana. Pero será, de una forma esporádica, ya que cuando retorne el mal tiempo, y el frío y la lluvia se instale en la climatología española, dejaran de practicar sus carreritas... y hasta el próximo año.
Pues bien señores, en esta situación se encuentran infinidad de personas que son inconfundibles por el "trote cochinero" que dan a sus pasos en el asfalto de las grandes ciudades nacionales. Esto no es deporte, es sencillamente hedonismo, algo muy peligroso en la vida de las personas. Entre otras cosas, porque demuestra una aptitud ante la vida, digamos elegantemente que poco valiente. Seguiremos informando...
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