Después de lo que está pasando en las últimas semanas en Francia, muchos analistas se preguntan si el anterior presidente galo Nicolás Sarkozy puede ser una verdadera alternativa al poder en el país vecino. Los rumores al otro lado de los Pirineos indican claramente que NO.
Por variadas y curiosas razones. Todavía se acuerdan muchos ciudadanos como gestionó la crisis en Libia, mientras estaba Ghadaffi, y que es uno de los orígenes del advenimiento del terrorismo de ISIS. Incluso, el ex presidente árabe llegó a financiar al partido de dentro derecha, con mucho dinero en juego. A continuación el nivel de vida exageradamente elitista que lleva, en compañía de su inefable mujer, Carla Bruni. Sin privarse de ningún lujo, mientras sus compatriotas se estaban ajustando el cinturón. Tampoco no nos podemos olvidar de sus relaciones con grandes empresas y con muchos centros de poder de dudosa reputación. Y ahí va otra más, que consiste en que no quiere dejar la política.
Los franceses, muy inteligentes ellos, se preguntan con gran racionalidad el porque su apego a la ciencia política. Y para rematar la poca credibilidad de su apuesta presidencial es que fue responsable de las políticas económicos que condujeron a su país a una grave crisis económica. Poco puede aportar este señor para defender los intereses de los franceses, cuando además no lo hizo antes. Sería un problema adicional para relanzar los intereses nacionales de esa gran nación europea que siempre ha sido Francia. Seguiremos informando...
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