Todos los inversores se las prometían muy felices en la segunda parte del año, en donde las bolsas parecían que iban a mejorar sustancialmente, y dar muchos beneficios a los ahorradores. Pero ha aquí, que desde junio no paran de bajar, moderadamente pero bajando al fin y al cabo. Han errado en las previsiones una vez los analistas, y esto ya es su enésimo engaño.
Pero al turrón, ¿que está pasando con las bolas? Pues que no se creen la tan cacareada recuperación económica en el continente europeo. Pero lo que es peor, los rumores en los corrillos bursátiles hablan de algo mucho peor, infinitamente peor. Y no es otra cosa que la la posibilidad cada vez más clara que haya una nueva recesión económica, y está vez mucho más fuerte, y global.
Como estarán las cosas que las manos fuertes de los mercados financieros están dirigiendo sus miradas al oro. Blanco y en botella. Pero lo peor va a ser en España, que la van a coger con el paso cambiado, y sus efectos pueden ser demoledores, por no decir mortales de necesidad. Están avisados, señores. Seguiremos informando...
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