Después de haber llegado a casa por la noche y haber palpado el desánimo de algunos empresarios del sector de hostelería y la rabia de una buena parte de la población ante la crisis de caballo por la que atraviesa la sociedad española (no solamente económica), me autoflagelo antes de acostarme al encender esa caja maléfica que es la televisión para comprobar que programas dan al pueblo a esas horas. Y, cuál es mi sorpresa que en “telecinque”, el canal berlusconiano en España encargado de adormecer y aniquilar las conciencias sociales, aparece en un programa basura cuyo nombre no sé ni me importa un prócer de la verdad y el buen hacer periodístico.
No es otro que un tal Alfonso Merlos, columnista de “La Razón”, contertulio de la católica “13 TV” y me imagino que muchas cosas porque “la pela es la pela”. Resulta que este buen hombre, por iluminación divina (como San Pablo) se ha convertido a la telebasura. ¡Oh milagro¡ Me dicen los adictos de las televisiones que no es de ahora, que lleva semanas en otros programas de semejante catadura moral e intelectual de la “cadena amiga”, que haría palidecer a los Gil y Gil o Julián Muñoz.
Pero bueno, ¿qué comunicadores hay en España? Pasan del análisis político y económico a hablar de no sé qué cirujanos estéticos de las famosas y más lindezas. Debe ser un lince que sabe de todo, que está bajo la influencia de los grandes intelectos de la humanidad como Ortega y Gasset, Nietzsche, Hegel o Bertrand Russell, porque si no es así no lo entiendo. Un hombre que ha pastoreado con las ideas y valores de las personas y que ha conformado la opinión de miles de televidentes (allá ellos), ahora pasándose en cuerpo y alma a la telebasura. Vaya ejemplo para el periodismo. Pero que sepan que nunca ha mentido a nadie ya que siempre ha practicado lo único que ha sabido hacer, este mozalbete de mandíbulas pronunciadas, que es la telebasura.
Que sigan los televidentes haciendo caso a los apóstoles de la verdad y de los mercenarios a sueldo. Unos forrados de dinero (procedentes de partidos políticos y lobbies) y los otros agobiados en sus cuentas personales sin poder llegar a final de mes. Así se escribe la historia de España durante los últimos años, o cuando menos del periodismo. No es un caso único, los Eduardo García Serrano, Isabel Durán, Carlos Dávila, Pedro Piqueras y un sinfín de mercaderes de las ondas conforman esta realidad. Que ustedes lo disfruten.
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